viernes, febrero 05, 2010

Soy un simple mortal.

Imagínense el siguiente escenario: Acabas de romper con tu polola hace menos de un mes. Tienes que volver a estudiar a un lugar que no quieres, algo que no quieres. Estás con serios problemas siquiátricos que requieren que estés tomando constantemente pastillas y medicándote. Tienes que entrar a trabajar, ni siquiera para ti, si no para pagar algo que tu papá debería pagar. Y aparte de eso, debes ir a vivirte solo y sin compañia, con un computador como internet como único medio de comunicación, pero el cual a veces el tiempo interrumpe demasiado o simplemente suprime. Comienzas a ver todo en blanco y negro, a vivir dentro de una monotonía, a vivir una vida sin emociones y totalmente vacía. Vives así un mes. Ya asumes que es una realidad de toda tu vida. Y cuando todo parece de alguna manera "perdido", aparece ella. Aparece una persona que te cambia toda tu vida. Que te muestre los colores, que te muestre un nuevo mundo. Un mundo en donde si existe la perfección, en donde todo está lleno de vidas, de colores, un mundo al que creiste entrar, pero era una falsa. Pero este no, este es el verdadero mundo, el verdadero paraíso. ¿Y tù? Eres un simple mortal. Por que eso soy yo en frente a tan maravilloso ser. ¿Talentos? Ninguno que destaque lo suficiente como para ser un estereotipo ni una gran persona. No soy un gran futbolista, ni mucho menos. No soy como, por ejemplo, Ezequiel Miralles o como lo fue en su tiempo Marcelo Pablo Barticcioto, que con su "pinta" y su talento atraìan y atraen a mucha gente. Yo no soy eso. No soy un gran mùsico como lo fue Kurt Cobain o lo es, por ejemplo, John Petrucci. No soy un gran artista como lo fue Da Vinci ni Van Gogh. Ni un hèroe de guerra como William Wallace. Ni un bàsquetbolista como Kobe Bryant. Tampoco tengo millones, y aunque tengo un futuro prometedor por mi carrera y por mi esfuerzo, tampoco serà lleno de millones ni el mejor del mundo. No tengo autos, ni grandes fortunas ocultas. No soy un actor de cine, menos un deportista con un gran fìsico y con un trabajo establecido, por ahora. No tengo propiedades, ni tampoco un político ni un piloto de carreras de autos. Soy un simple mortal, uno màs del montón. ¿Cual es la diferencia? Que LA AMO, LA AMO INFINITAMENTE. Que hago todo lo que esté a mi alcance, y a veces hasta lo que no, para que sea feliz. Que por ella respiro y lucho, que se volvió mi motivo para todo, mi razón para vivir y despertar. La razón por la cual hago ejercicio y estudio, para tratar de hacerla feliz. Es por eso que gasto el poco dinero que tengo, para hacerla feliz. Es por eso que me esfuerzo con todo mi ser, para que sea feliz. Es ella la razón de que yo quiera estudiar, tener una carrera y ser exitoso. Es ella mi razón para hacer todo, vivo y muero con y por ella. Por que la amo, así de simplemente. Les he dado una razón de por que la amo, una de millones. Pero yo doy todo, solo para verla feliz. Y lo daré todo siempre. Vivo y muero por ella, mi razón de existir y luchar. Te amo, Josefa Emilia Orellana Lema. Gracias por aparecer en mi vida, y aunque jamàs pague esa enorme deuda que tengo contigo por haber aparecido en mi camino e iluminarme la vida, cada dìa hago mi aporte para que la deuda sea màs pequeña. El problema es que cada dìa, sin importar que haga yo para disminuir la deuda, aumenta màs. Eso es por que cada dìa me hace màs feliz y cada dìa le da màs sentido y luz a mi vida =)