miércoles, abril 20, 2011

Cosas...

No sé como definir todo esto, como encasillarlo en algo ni como escribir sin que mis ojos se cristalice, mi voz se quiebre y comiencen a caer las lágrimas. Acabo de llamarte, y sigues igual. Indiferente, esto no te afecta, probablemente porque ya lo venías pensando hace rato. No puedo contener la pena, es demasiada. Otra vez han jugado conmigo, otra vez he sido esa pieza temporal de un rompecabezas, que se usa para completar el rompecabezas hasta que la verdadera pieza aparece. Me cuesta creer que todo lo que alguna vez dijiste y afirmaste en contra de todo y todos sea mentira, más aún me inunda el corazón la nostalgia al saber que todo esto es algo más para ti, algo más en tu vida que podrás contarlo sin el más mínimo remordimiento. Que no tienes la más mínima intención de tratar de recuperar las cosas, de que esto pase y sigamos juntos adelante. Como me gustaría poder ceder, salir corriendo a hablar contigo, asumir una vez más, erróneamente, que me equivoque, con tal de que sigamos juntos. Pero no seguiré alimentando falsos hechos, y no seguiré destruyéndome por dentro por una relación que se ha mantenido y se mantuvo siempre gracias a mi. También tengo mis límites, por que soy un humano, a pesar de todo. Ya no sé que hacer. Desesperación, pena, rabia, angustia, y más desesperación. Supongo que es el fin. Supongo que las relaciones en donde una persona se lleva toda la carga no funcionan, lo he comprobado DOS veces. Supongo que, después de todo, he comprobado por experiencia propia algo que supe desde que nací y jamás puede aceptar: el "amor" no es para mí.