"Recuerdo que estabamos todos de vacaciones, cuando estalló la guerra. Me contraba en mi nueva casa, viviendo solo y alejado de todos. Me gusta mi privacidad y la soledad, me deja pensar tranquilo. A veces visitaba a mis amigos o a mi familia los fines de semana, pero mas contacto que ese con otras personas, no tenia. Y era algo que me gustaba. No tenia intención de encontrar pareja, puesto que ya llevaba mas de 30 años de mi vida en soledad, y me habia acostumbrado completamente, a la misma vez que me habia resignado a tener descendencia. De pronto, sono mi teléfono. Era el general. Me dijo que debiamos presentarnos en una hora en el cuartel, puesto que comenzó la guerra. Me levanté, me duché rápidamente y me puse mi uniforme. En 20 minutos estaba en el cuártel. Seriamos el pelotón de avanzada, atacariamos primero. A los minutos luego de que llegué al cuartel, aparecieron mis amigos Petit, Dante y Gilder. Petit era un gran soldado, un espectacular visionario de guerra que en los entrenamientos aprobó todas sus pruebas con un 95.9% de efectividad, el mas alto en todo el pelotón y solo igualado por el porcentaje de Gilder, que era idéntico. Dante era un tipo mas "normal". Tenia 35 años, y su vida ya estaba hecha. Padre de 2 hijos y una mujer que lo amaba, su vida era la que mas protegiamos, puesto que el tenia mucho mas que perder que nosotros. Los 4 quedamos en la misma compañia de avanzada, la compañia "M". En ese momento, no pensamos que nuestra compañia sería la "M" de muerte...
LLegó la hora. Estabamos listos. Avanzamos. El campo de guerra era un caos. Nos superaban tanto en número como en calidad de armas. Al poco tiempo, toda nuestra compañia, compuesta por 40 hombres, se separó en el caos de la batalla. Yo y mis amigos nos refugiamos en un edificio en ruinas. Estabamos agotados, casi sin municiones, y heridos. Decidimos un efectivo plan (ideado por los genios de nuestro grupo, Petit y Gilder), que consistió en avanzar al campo enemigo sigilosamente a través de los edificios, y sorprenderlos para aproderarnos de su búnker y aguantar desde ahi la llegada de refuerzos. Comenzamos a escabullirnos a travéa de los escombros y edificios en ruinas, hasta que divisamos el búnker. Su protección era mínima. Pero necesitabamos un señuelo que atrajerá a la metralleta de alto calibre para nosotros lograr entrar. Decidimos que Dante quedaria fuera, por tener familia. Y decidí ir yo, puesto que Petit y Gilder tienen toda una carrera por delante, son unos genios, grandes personas y que de seguro los ascenderán cuando volvamos, por sus excelentes desempeños. Yo, por mi parte, soy un simple soldado que mi futuro ya está tirado. Vivo solo y moriré solo, y pensé que sería lo mismo morir en ese campo de batalla que acostado en mi casa. Me acerqué a la metralleta lo mas que pude sin que me pudiera ver, y luego lanzé una granda al búnker, al mismo que corrí hacia el lado contrario de donde estaban mis amigos. La metralleta me disparaba, y yo corria lo mas que podia para evitar esa ráfaga de balas, que me conllevaria a mi mas segura desaparición de la tierra. Me refugié detrás de unos escombros, mientras las balas trataban de atravesar los escombros y mi piel, para destruir completamente algo que ya estaba destruido, como lo era yo. En ese momento, mis amigos se toman el búnker. Nos refugiamos días enteros en ese búnker, sin que tanto refuerzos como enemigos aparecieran. En eso, Dante nos hablaba de sus hijas, de lo mucho que las amaba, que eran la chispa que lo hacia luchar hasta el final en estas situaciones, y de su señora, quién siempre esta apoyandolo y ayudandolo. Petit nos contaba que, gracias a sus grandes porcentajes en las pruebas, se habia ganado una beca para estudiar el área que el quisiera. Gilder nos relató que dió una prueba especial para ser trasladado a otro país y especializarse en la infiltración de bases, la carrera mas complicada en cuanto a guerras se refiere, y que le habia ido espectacular y esta sería la última guerra que asistiría junto a nosotros. ¿Y yo? Yo no tenia nada que contar, por que nunca lo tengo. Mi vida es una monotonía, no tenia nada de contar de novia, puesto que no la tenia, ni de mi familia, puesto que los veia muy poco, ni de mi mismo, por que soy alguien solitario que no tiene ningún motivo más para vivir que el de estar en la guerra, y tampoco soy la persona mas exitosa en eso, puesto que siempre me aprueban con un miserable 47.9% de rendimiento, muy lejos de los 95.9% de Petit y Gilder. De pronto, se escuchó un estruendo. Nos atacaban. Todos fuimos a nuestras posiciones, que las decidimos por "proyección de vida". Dante estaria lanzando granadas debajo de un agujero, para evitar las balas. Petit estaria en la metralleta con un chaleco antibalas que habiamos encontrado, Gilder estaría detrás de una pila de cajas disparando cuando el fuego enemigo cesará, y yo, al ser el de menos proyección en la maldita vida que me tocó, fui al techo a disparar las últimas balas que me quedaban. La batalla fue cruda. Cada soldado enemigo que caia reflejaba en sus rostros una amargura y una desesperación. Era una vida menos. Era una viuda mas. Eran mas hijos sin sus padres. Eran mas familias sin sustento. Eran mas muertos en la absurda actividad llamada guerra. Nosotros pedimos y pedimos refuerzos, pero nunca llegaron. En los dos días y 8 horas que estuvimos peleando, matamos alrededor de 350 enemigos. Pero nuestras cansadas mentes ya se estaban debilitando muy fácil. Cuando estabamos casi destruidos física y anímicamente, Dante se gritaba a si mismo "¡¡Debo viviiiiiir!!! ¡¡Por mi familia!!", Petit se gritaba "¡¡Hazlo por tu amiga, la cual se sentirá muy mal si mueres!!". Gilder gritaba que debia vivir por que aún desea tener de novia a la chica que le gusta. ¿Y yo?. Yo no tenia nada que gritar. Solo luchaba y luchaba, sin sentir cansansio, ni miedo, ni frío. Lo hacia por que era lo único que tenia por hacer, pero nunca me importó si debía morir o no. Mi vida me era absolutamente indiferente, puesto que no tenia nada ni nadie. En el cansancio, Dante sale a tratar de buscar provisiones, cuando una maldita bala le atraviesa el pecho, saltando sangre por todos lados. Fuimos a verlo. Estaba muy mal, y no pareciera que fuera a vivir. Nos pidió que le dijeramos a su familia que la amaba mucho, y que lo disculparan por no volver. Nos entregó una carta, que debiamos entregar a su familia, y nos dijo que velaria por nosotros en el mas allá. Y sus últimas palabras, antes de que la muerte se lo llevara, fueron, increíblemente, para mi. Me dijo "Tú crees no tener nada, pero ese pensamiento te nubla. Si pudieras mirar bien, te darias cuenta que tienes mucho. Solo debes mirar a tus costados y no siempre al frente. La vida es algo muy bello, y no vale la pena vivirla solo. Yo se que tu puedes hacer lo que te propongas, siempre y cuando te lo propongas en serio. Esa persona, la cual los últimos días te ha quitado el sueño, no es alguien imposible de conquistar. Pero si no te muestras como realmente eres, jamás la tendrás. No te mires en menos, por que tú eres una persona especial. Eres quién nos ha mantenido unidos por tantos años. Recuerda mis palabras, por que se que te harán vivir la vida una mejor maneraa..." Y al pronunciar esa última palabra, su corazón se detuvo. Dante murió. Semanas después, se supo que su prometida enloqueció y tuvo que ser internada en un hospital psiquiatrico, mientras las niñas debieron ser separadas y cuidadas por distintas familias que las adoptaron. El grito de victoria de la guerra se escuchó mas fuerte que nunca esa pálida noche de invierno. Ni yo, ni Gilder ni Petit fuimos capaces de formular palabras, y solo pudimos llorar mientras tratabamos de repeler el fuego enemigo. Ahi, en ese búnker, murió alguien que era importante para mí, y luego de años, logré llorar. En ese búnker, y en ese escenario tan adverso, la muerte de Dante nos dió fuerzas para seguir luchando, hasta que logramos una tregua momentánea, para sepultar a nuestro amigo en la parte trasera del búnker. En esa fría noche, ninguno de nosotros pudo dormir. Solo nos quedamos observando la pálida noche, hasta que la salida del sol, roja por la sangre derramada el día anterior, volvió a llenar nuestros ojos de lágrimas..."
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