Cosas como las de hoy me bajonean y hacen que las cosas sean más difíciles, que las dudas bajen, la pena me invada y la angustia llene mi corazón, al punto de derramar un par de lágrimas. ¿Importa? No importa. Sigamos luchando, sigamos con todo que la motivación está en su máximo esplendor. No desistiré, por nada del mundo desistiré. Lucharé hasta el final. ¡VAMOS! Hacia adelante con todo, sin miedo a la oscuridad ni a la derrota. Si he de encontrarme al final de todo esto con la derrota, lo haré, luchando. Y si la derrota me viene a enfrentar, acá me encontrará, de pie, listo para enfrentarla a ella y a lo que sea que quiera derribarme. ¡No me rendiré! ¡CHAAAAAAAAAAAARGEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!
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