Y hoy sí que fue el adiós definitivo. Es un adiós agridulce, por un lado, la pena de perderte en ese sentido, es una pena que cargaré el resto de mi vida. Pero, me agrada saber que siempre estaremos como amigos el uno al otro, y probablemente presentes en la vida del otro. Siempre agradeceré que te hayas cruzado en mi camino, por el mundo que me enseñaste, por lo que aprendí contigo, por que en estos momentos soy mejor persona gracias a ese conocimiento que me entregaste. Espero que sea recíproco, espero haber aportado con un granito de arena y haberte enseñado todo lo que intenté enseñarte y más. Sé feliz, siente tu vida como nunca y sé feliz, te lo mereces. Yo seré feliz, te lo prometo, y siempre recordaré tu "sacrificio" para que yo alcanzará esta plenitud. Los mejores deseos para tí, Josefa Emilia Orellana Lema, gracias por todo :)
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