lunes, junio 23, 2008

Capítulo 6

Volví a la cueva junto a Dopamina. No podía creerlo. ¡¡Estaba viva!! Me sentía bien conmigo mismo, por primera vez en mi vida. Llegamos a la cueva, en donde nos esperaban Gilder y John. Nuestra sorpresa fue doble al encontrarnos con Petit y Fernando, quienes lograron escapar. Pero en ese momento, sentí que mi corazón se rompía en mil pedazos. Dopamina corrió a abrazar a Gilder. ¡¡Eran novios!! No lo podía creer. Entonces, el diario que encontré en su casa. Ese soldado que se mencionaba, era él. Y la mujer de la que Gilder hablaba, era ella. Estaba atónito. No podía creer lo que veía. Sentí una tristeza absoluta. Había encontrado una mujer que fue capaz de entrar en mi corazón. La única en mi vida. Y resultó ser la novia de uno de mis mejores amigos. Estaba destrozado.

-¿Qué te pasa? –Me preguntó Petit.

-Nada –Respondí secamente.

-Mira. Si estás así por Dopamina, entiende que no eres el único. Yo también me siento muy atraído por ella. Y me propuse conquistarla.

Genial. Con eso, lo corono todo. Además de ser novia de Gilder, Petit esta también enamorado de ella. ¡¡¡La mierda!!! Con eso, ¿Qué posibilidad puedo tener yo? Gilder y Petit son unas grandes personas y espectaculares soldados. Ambos le pueden prometer un futuro espectacular, además de mucho amor. Yo solo puedo prometerle lo último. ¡¡¡Demonios!!!

Me sentí triste. Muy triste. Yo no podía competir contra ellos. Era como hacer pelear a un joven con el campeón mundial de boxeo. No tenía mayor chance. Me sentía ofuscado, impotente. Los veía, y me deprimía aún más.

-¿Qué vamos a hacer ahora? –Exclamó Gilder, luego de conversar, besarse y abrazarse un rato con Dopamina, mientras Petit miraba con recelo y yo con tristeza.

-¿Y que mierda crees? ¿Qué somos tus papás? Decide tú que harás… -Le dije.

-¿Qué te pasa? –Me respondió- ¿Acaso te hice algo?

-No. No me has hecho nada. Discúlpame –Le repliqué. Lo mejor era dejar eso de lado, y centrarse ahora en Espectro. –Creo que debemos ir a detener a Espectro. Dijo que estaría en el este de la ciudad- Tenía cuentas que saldar con él. No le voy a perdonar el haber encerrado a Dopamina. Esa me la va a pagar.

-Si, pero así como estamos, será imposible. Son muchísimos –Se quejó Petit.

-Petit tiene razón –Respondió Gilder. Fernando y John, que estaban malheridos, estaban durmiendo.

-¿Y? Si no nos morimos ahora, nos moriremos en un tiempo más. Da lo mismo. Hay que detener a Espectro, antes que gané mas poder –Dije como pretexto. No diría que solo quería vengarme por lo que le hizo a Dopamina.

-Tan negativo que eres –Me dijo Dopamina- Petit tiene razón, son muchísimos. Sería suicidio. Lo más recomendable es que pidan refuerzos.

-Las radios no funcionan. Estamos solos. Y no pienso quedarme aquí esperando a la muerte, prefiero ir a buscarla. Si quieren venir conmigo, bien. Si no, bien también –Exclamé, un poco arto de la situación. La verdad es que lo único que queria era salir luego de ahí, para evitar ver a Gilder y a Dopamina.

-Debemos esperar. Los refuerzos vendrán. A lo menos, esperemos hasta mañana – Dijo Petit.

La verdad es que me encontraba exhausto, aparte de herido debido a la pelea con Espectro. Consideré la idea, y me pareció que descansar y partir en la mañana era prudente.

-Yo haré guardia hasta que anochezca. De ahí, despierten a John y a Fernando, y que ellos hagan guardia –Dije. Tomé mi metralleta y fui a la entrada de la cueva, mientras Petit, Gilder y Dopamina se aprestaban a dormir unas horas. Ahí estuve, pensando. Me sentía resignado. El único sentimiento que tenía en mi era el de resignación. Resignación. Resignación. Hay veces en que hay que aceptar que definitivamente no puedes hacer nada. Las cosas se dan de una manera, y tu puedes intentar cambiarlas. Pero a veces, basta con mirar tu maldito escenario para darte cuenta de la cruel y dura realidad: las cosas son así, y no puedes hacer para cambiarlas. Puedes intentarlo, pero no lograras nada. Siempre tus esfuerzos se verán disminuidos o anulados por fuerzas de mucho, pero mucho mayor peso que la tuya. Son esas ocasiones donde simplemente te ves disminuido por fuerzas que son superiores a ti, en cualquier ámbito en el cual desees competir contra ellos. Por que ellos son algo que está más allá de tu capacidad como ser humano, sin dejar de ser, seres humanos. Pero son más que ti. Físicamente, intelectualmente, emocionalmente, etc, etc, etc. Y lo peor, es que esas personas son tus amigos. Te sientes espectacular por sus logros y sus habilidades, pero no puedes dejar de sentirte mal al ver que ellos, cuando quieren algo que tu quieres, siempre te ganarán. ¿Que haría una mujer, si tiene 3 posibles candidatos para ser su pareja? Elegir al que mas le guste. Y lógicamente, le gustará más el que mas cualidades tenga. ¿Que puedes hacer tú, si eres uno de esos candidatos, pero tus amigos tienen muchas mas cualidades y atribuciones de las que tu podrías llegar a tener? Te sientes feliz por ellos. Muy feliz.

Pero, nadie te puede quitar ese malestar. Más que malestar, es una sensación de que esa mujer es un objeto inalcanzable. ¿Que puedes hacer tú, si tus amigos tienen miles de cosas mas para ofrecerle de las que tienes tú? ¿Que puedes hacer si esa mujer se siente atraída por uno, y el otro también está intentando lo mismo? ¿Como hacer que alguien cambie algo de buena calidad a algo de calidad regular o mala? ¿Como hacerle entender a alguien que cambie lo bueno por lo no muy bueno? No tiene ninguna lógica... Nadie lo haría. Y nadie nunca lo hará jamás. ¿Que te queda a ti por hacer? No mucho... Prácticamente nada más que agachar tu cabeza y observar la felicidad que irradiarán esas personas cuando estén juntas, mientras tu, desde un punto x en el espacio donde ellos no pueden verte, observas, y te sientes feliz por ellos, por que ambos son amigos tuyos. ¿Pero que pasa contigo? Simplemente sigues tu maldita vida, aceptando una vez mas tú derrota, y marchándote como un buen soldado que se dio cuenta que ha perdido la guerra.

Y con ese pensamiento, llegó la noche. Desperté a John y Fernando para el relevo. Me fui a dormir. Antes de dormir, recordé en la pelea con Espectro. Y entonces, una aterradora idea cruzó mi mente…

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