lunes, junio 23, 2008

Capítulo 7

Al llegar la mañana, desperté con energías renovadas. Desperté a todos, y les dije que no llegaron refuerzos. Que iría a detener a Espectro. Petit y Gilder se miraron, y dijeron que me acompañarían. John y Fernando no quisieron ir. Entonces, decidimos que ellos se quedarían con Dopamina. Partimos yo, Petit y Gilder a detener a Espectro. Pero a mi no me interesaba detener su plan (si es que lo tenía) ni a su ejército. Solo quería vengarme. Y el odio me invadió.

El este de la ciudad estaba a 12 kilómetros del centro, y este, a su vez, a 40 kilómetros de la cueva donde nos encontrábamos. Por lo tanto, era bastante lo que debíamos caminar. En el camino, Gilder y Petit fueron conversando sobre sus planes a futuro, sus becas, sus logros militares. Yo, por mi parte, solo me concentraba en el odio que le tenía a Espectro, que iba en aumento. Llegamos al atardecer al este, y nos encontramos con un pequeño edificio que no fue destruido. Sin duda que Espectro estaba ahí. Gracias a las excelentes tácticas de Petit y Gilder, logramos entrar en el edificio y llegar al último piso, donde se encontraba Espectro. Cuando llegamos, no se sorprendió en vernos.

-Los estaba esperando. Pasen –Dijo, con una amabilidad bastante extraña

Entramos, sin bajar la guardia en ningún momento. Estábamos en un laboratorio gigantesco, con muchísimos cuerpos humanos encerrados, y otros tantos seres, también encerrados.

-Bienvenidos a mi laboratorio –Dijo Espectro- Aquí he desarrollado toda la tecnología que usaron mis soldados para destruir esta ciudad y sus habitantes.

-Espectro- Dijo Petit –Te pedimos de buena manera que te entregues pacíficamente.

-¿O si no que? ¿Me dispararán?- Respondió sonriendo el monstruo

-No. Sabemos que las balas no te hacen nada. Pero no podrás derrotarnos a los tres- Dijo Gilder

-¿Ustedes creen?- Dijo Espectro, en el mismo momento en que corrió hacia nosotros, para atacarnos. Nosotros lo esperábamos, pero no tuvimos oportunidad. Su descomunal fuerza y su increíble velocidad nos derribaron en un instante, dejándonos heridos.

-Podría matarlos a los tres si quisiera- Dijo- pero no puedo. Los necesito. Escuchen atentamente, por que ahora les explicaré todo.

-Esos seres que ustedes decían, no son seres. Son humanos. Son humanos despojados de todo sentimiento positivo. Solo tienen el odio, y aborrecen a toda persona que tenga sentimientos. Crearlos me llevó años de investigación, para darme cuenta que los sentimientos son algo creado por el cerebro humano, por un químico llamado “Estermoglobita”, que esta presente en toda la piel, y acumulados de especial manera en la casa. Cada “estermoglobita” es responsable de cada uno de los sentimientos. Pero, son frágiles. Al ser el cerebro expuesto a fuertes vibraciones nucleares libres de radiación, las estermoglobitas de destruyen. Y en base a eso, cree las armas que ustedes vieron. Ahora, si esa arma es modificada levemente, agregándole, además de las vibraciones nucleares, muchas “estermoglobitas O”, el cuerpo no es destruido, solo despojado de sus sentimientos positivos, y viviendo solo con odio. Y con odio, las personas con fácilmente manipulables. Basta decirles a esos estúpidos que otra gente si tiene sentimientos positivos, para que quieran matarlos. Y en base a esa investigación, he creado este ejército, que no siente remordimiento por nada ni nadie, y que es una verdadera máquina de matar. Además, las vibraciones nucleares hacen que los músculos reaccionen, dándole fuerza sobrehumana al que las reciba.

Los tres estábamos totalmente desconcertados. Increíblemente, todo esto tenía explicación racional. Pero… ¿Por qué a mi no me mataron esas vibraciones nucleares, pero tampoco me transformaron en esa cosa?

-El experimento me tomó años- Siguió hablando Espectro, interrumpiendo mi pensamiento- Pero tuvo resultados positivos. Yo fui el conejillo de indias, pero me excedí en la dosis. Por eso crecí, y mi expresión contiene más odio que los otros. Con esta arma, soy invencible.

-¿Y para que mierda nos quieres a nosotros?- Preguntó Gilder.

-¿A ustedes? Jajajajaja no a ustedes. Solo a uno- Me tomó a mí, me arrastró a su lado, y siguió hablando- Solo necesito a este hombre. Este hombre, el cual tiene una mínima presencia de Estermoglobitas en su cuerpo. Por eso el arma no le hace nada. Solo le inyecta la “estermoglobita O” en el cuerpo, además de darle fuerza. Adivinen a que sentimiento corresponde la “estermoglobita O”…

-¿Al odio?- Respondió Petit

-Exacto- Prosiguió Espectro –Con este hombre de mi lado, puedo dominar completamente el mundo. Los efectos en el son sorprendentes, incluso por sobre lo que yo esperaba. Ahora, despídanse de su amigo, por que ahora comenzará a ser otro totalmente distinto.

Espectro apuntó el arma hacia mí, y el tubo se encendió. Sentí de nuevo esa espectacular sensación. Ahora era mas intensa, y sentía mucho mas poder.

-Contemplen como su amigo deja sus escasas estermoglobitas de lado, y deja que el odio lo invada completamente- Decía Espectro, mientras su cara de odio se modificaba ligeramente, y la satisfacción llenaba todo su rostro.

Luego, hubo un gran estruendo. El tubo se apagó, y me puse de pie. Sentí como el poder fluía en todo mi cuerpo. En eso, Espectro pronunció las palabras que me sacaron de sí, y que me volvieron loco.

-Ellos también aman a Dopamina. ¿Querías ser superior a ellos? Ahora lo eres. ¡¡Acábalos!!- Gritó el malvado científico.

Me acerqué a ellos, y los odie. Los odie. Los odie profundamente. Lo decidí. Los iba a matar. Así le demostraría a Dopamina quién es el mejor. Luego, mataría a Espectro, para consumar mi venganza. Llegué donde estaban los débiles. Se pusieron de pie.

-¡¡Reacciona!! ¡¡Reacciona!!- Me pedía a gritos Gilder

-No dejes que te controlé- Exclamó Petit. Pero a mi me daba lo mismo ser controlado. Era superior a ellos.

-Petit. Gilder. Prepárense. Por que vamos a pelear- Les dije, y mi rostro adoptó un odio aún mayor al que emitía Espectro.

Los dos débiles se dieron cuenta que no tenían opción. Pensaron que si me derrotaban, volvería en sí.

-Tú lo quisiste. Nunca podrás con nosotros. Aprobamos con un 100% de efectividad todos los módulos de combate sin armas, mientras que tú solo con un 56,8%- Dijo Gilder.

Ambos me atacaron. Sus golpes eran como moscas posadas en mi cuerpo. ¡¡¡El poder era increíble!!! Los débiles seguían atacando, mientras yo los miraba y recibía todos los golpes, que no eran más que mierda para mí. Era mi turno. De un solo golpe, derribé a Gilder, y lo dejé malherido. Petit quedó estupefacto. Fue a ver como estaba Gilder. ¡¡Mi poder era increíble!! Ahora, mataré a Espectro.

-¿Me vas a atacar a mí? No me hagas reír. No puedes- Dijo el. En eso, saca un control, y lo enciende. Mi cabeza estalló.

-¿Creías que no me daría cuenta que harías esto?- Dijo burlescamente Espectro- Te inyecté un controlador cerebral. A mi no podrás hacerme nada.

Mi cabeza retumbaba. Escuchaba como alguien, en mi mente, me decía “Mátalos. Ellos se creen mejores que tú. Demuéstrales quién es mejor. Y Dopamina será tuya”. Fue imposible rehusarse. Me aprestaba a matarlos, cuando entra Dopamina.

-¡Si los vas a matar, primero me tendrás que matar a mí!- Dijo la bella joven.

Otra vez apareció la voz en mi cabeza. Esta vez sus palabras fueron: “Mátala. Hay millones de mujeres esperando por ti. Ella no es nada. ¡¡Mátala!!”

Me apresté a atacarla, pero no pude. Algo me lo impidió. La voz gritaba cada vez más fuerte que la matara, pero no podía. Mi cabeza parecía que estallaría.

-Escúchame- Me dijo Dopamina- Debes luchar contra eso. Lucha contra Espectro, no contra nosotros, que te queremos muchísimo, que somos tus amigos. Tenía razón. Me dirigí hacia él, con intención de atacarlo. Espectro se defendió, pero yo era mucho más poderoso. Lo maté, pero al hacer eso, el efecto de las vibraciones nucleares se perdió, y volví a ser el mismo. Dopamina me acarició la cara. Me sentí mejor que nunca.

-Que bueno que volviste a ser tú- Dijo la hermosa mujer- Ahora, destruyamos este lugar y vámonos.

Y eso hicimos. Primero, exploramos el laboratorio. Fue increíble ver todo lo que hizo Espectro para llegar al resultado. Mientras lo hacíamos, escuchamos algo. Había llegando un mail para Espectro, de parte de “Los Filósofos”. Decía:

“Espectro. Esperamos que tu misión haya tenido éxito. Si no, nos veremos en la obligación de matarte. Sigue el plan tal y como lo acordamos, sin desviaciones. Esperamos tu respuesta.”

O sea, que no llegamos al fondo de esto. Que todo fue planeado por alguien más...

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