lunes, septiembre 21, 2009

The Last Fight, The Last Stand...

Hemos entrado ya a la recta final del año más difícil y duro de toda mi vida.Es complicado describir los sentimientos de estos días y de este día en particular, 21 de septiembre del 2009, especialmente a esta altura del año. Ha sido un año muy bi-polar, extraño, con muchas sorpresas, algunas muy buenas y otras muy desagradables. Es muy difícil describir en pocas palabras todos los sucesos que han ocurrido desde aquella memorable celebración de año nuevo en casa del Negro, donde la fiesta terminó a las 11 de la mañana. Pero el año ya comenzó mal, antes de llegar a esa fiesta tuve una discusión super fuerte con mi mamá, que afortunadamente quedó ahí. A quién era en esos momentos mi polola, solo pude saludarla a través del útil teléfono móvil. La fiesta donde el Negro fue a todo reventar, con extensas conversaciones, risas, fotos, carne y tragos, aunque en esos momentos yo no bebía. Al día siguiente, la primera mala noticia del año: se entregaron las postulaciones a las universidades tradicionales de Chile, y yo no quedé donde yo quería y en lo que quería en esos momentos. Fue un golpe muy duro, difícil de asumir incluso ahora. Pero me sentía respaldado. Sentía que detrás mío, había mucha gente que me apoyaría y estaría conmigo. Mi familia, mi en ese entonces polola y en estos momentos una desconocida, puesto que no he sabido nada de ella en meses, y mis amigos. Luego de conversarlo con mi papá, me matriculé en la UNAB, en Ingeniería Civil Informática, lo que yo quería en aquel entonces. Las vacaciones fueron bastante agridulces. Si bien es cierto lo pasé muy bien con mi gente, mi "mal mental" ya comenzaba a expresarse en su plenitud. Cansancio, insomnio, dificultad para respirar, anorexia, mareos, vómitos, dolor de cuerpo y jaquecas eran los síntomas físicos, los cuales tuve que manejar a base de fuerza de voluntad frente a mi negativa de consumir fármacos. Pero lo más complicado de todo fue mi naciente "doble-personalidad". Algo en mí, no estaba conforme con lo que sucedía. Algo en mí, quería volver a ser como antes, algo en mí tenía miedo a que me dañaran como lo han hecho hasta ahora. Algo en mí me advertía a gritos de algo que yo en esos momentos creía imposible e inconcebible. Algo en mí me decía que le diera la espalda a todo mundo y que siguiera mi camino solo. Pero no lo escuché. No quiero emitir ningún juicio acerca si fue una decisión correcta el no haberlo escuchado en esos momentos, simplemente así ocurrió. Y la lucha mental continuó, hasta que llegó marzo. Viajé a Santiago, pasaba allá toda la semana, para el fin de semana retornar a mi ciudad y estar con mi gente. La lucha mental proseguía y se hacía cada vez más extensa e insostenible, y eso se expresaba en mis síntomas físicos, que no tenían ninguna relación con alguna enfermedad de carácter biológico, si no más bien sicológico. Solo duré 2 meses en Santiago, y la soledad me venció. Necesitaba tiempo para mí, para poder "descansar" de cierta manera, poder combatir a mi doppelganger y aclarar mi mente. Pensé que el eliminar la soledad, y viajando todos los días a la u me ayudaría, pero no fue así. La lucha se hacía demasiado intensa, mi cuerpo era el principal perjudicado y agradezco el haber podido evitar que esa lucha perjudicara a mi gente. Exámenes, exámenes, entrevistas, exámenes, pastillas y fármacos era todo lo que recibía en el médico, ni siquiera una entrevista con todo el cuerpo de sicólogos y siquiatras de FUSAT me pudo dar una respuesta de lo que estaba ocurriendo, respuesta que sigo buscando hasta ahora. Congelé la carrera, y pude estar por un tiempo tranquilo, aunque debo reconocer también que malgasté gran parte de ese tiempo en carretear y salir. En eso, comenzaron los problemas en mi relación con Evelyn, debido a una confusión que tuvo ella (NO diré nada extra, ni emitiré juicios de lo ocurrido ni tampoco de ella, solo diré las cosas como realmente fueron y listo. No quiero polemizar ni hacer pensar a los demás cosas que no son). A eso se le sumaron dos pésimas noticias: El 1ero de junio, mi mamá fue internada en la clínica SIDESAM, debido a su depresión. El día siguiente se produjo la segunda discusión fuerte con Evelyn, y unas semanas después, el día 16 de junio, muere don Pedro Emilio Ávila, padre de mi querida amiga Coni, una persona a la cual yo quiero y respeto mucho. Que difíciles fueron aquellos días, en donde despertaba con una casa inundada en la soledad, tristeza y desesperación. Fue en esos momentos en donde esperé mucho más de ciertas personas, pero lamentablemente para mi no estuvieron ahi cuando más las necesite. El día miércoles 24 de junio, mi mamá fue dada de alta y por fin volvió a la casa. El día viernes 26 de junio, mi relación con Evelyn no dió para más y se acabó, mismo día en el cual viajé a Paine donde Nicolás Reyes, junto a Maxi y Javier. Ese día, probé por primera vez el ron y el pisco, este último no me gustó, pero el ron sí. Al día siguiente, ocurrió un hecho que muchos (incluyéndome) pensaron que jamás ocurriría: quedé borracho, debido a la alta dosis de ron que bebí en casa del Negro. Y ese día, lloré. Lloré por lo ocurrido el día anterior, lloré como un niño, un niño borracho. Rescato lo positivo de aquella noche: pude llorar, algo que no logré hacer sin alcohol etílico en el cuerpo y que no he podido volver a hacer desde aquel entonces. Todo en esos momentos comenzó a volverse confuso y muy difícil. Me sentí humillado, manipulado, utilizado, triste, inútil, angustiado, desesperado. Mi corazón ni siquiera fue roto en mil pedazos, simplemente fue hecho polvo estelar. Pero, me prometí a mi mismo no rendirme jamás, me lo prometí el año 2003, otro año muy sufrido para mí. Con solo 12 años, me prometí en ese entonces que nada ni nadie me va a echar para abajo, que no importa lo mal que esté, o lo difícil que sea, siempre lucharé, hasta el final. Y no estaba solo. A pesar de la decepción y traición de algunas personas, otros siempre estuvieron y están ahí. A comienzos de agosto, comencé a trabajar en McDonalds, a la vez que volví a la universidad para aprovechar el dinero pagado, y estaba en preu. Fue un mes bastante agotador, pero me gané unos pesitos que me ayudaron a pagar una cuota del preu y unas deudas. Luego, septiembre, y el 18, en donde me volví a sumergir en mi lucha mental, en la que aún estoy, gatillada por algunos hechos y actos de algunas personas importantes para mí. De a poco el panorama se aclara, pero a veces se hace demasiado oscuro, puesto que no sé que pensar de cierta gente o de algunos hechos. Solo hay una cosa clara hoy, 21 de septiembre del 2009: Que hoy, y hasta que todo esto termine, voy a luchar y perseverar. No dejaré que nada ni nadie me detenga. La victoria está a la vuelta de la esquina, y la diferencia que puede haber entre vencer o perder es la misma diferencia que hay entre dar un paso o no darlo. Son solo detalles, pero esos detalles marcarán la diferencia en la hora de la verdad, y la hora de la verdad ha llegado. He luchado arduamente frente a todo estos casi 9 meses que lleva el año. Ya solo quedan los días de este, y dos meses más. El fin está cada vez más cerca, y con el, la victoria. Por que la vida, podrá quitarme a mis amigos, podrá quitarme a mi polola, podrá poner todo en mi contra, pero hay algo que jamás podrá romper ni quitarme: Mi voluntad de vivir y de salir adelante.

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